Tan solo seis meses ha tardado la Alcaldesa Quislant en hacer su primera crisis de gobierno. Y la ha hecho para mantener, premiar y castigar los merecimientos de cada uno de los 13 concejales que la acompañan en el gobierno de Pozuelo. Nuestra Alcaldesa, dura de carácter a pesar de sus suaves formas en el trato directo, no tiene otra forma de mostrar su autoridad. Hay que recordar también que, meses atrás, se produjeron las dimisiones o ceses, nunca se aclararon, de su jefa de gabinete y de su director de comunicación. Todo da a entender que nuestra Alcaldesa se mueve vara en mano con sus colaboradores más directos. Unos aguantarán toda la legislatura porque quizá no tengan otra salida profesional, pero estoy seguro que alguno dimitirá antes de que acabe. El tiempo lo dirá.

Analizando los cambios de esta primera crisis en el gobierno de Pozuelo, se aprecian claramente los premios a la fidelidad, los castigos a la inoperancia y los aprobados por los pelos. Al pódium de premios se apuntan tres Concejales, más un cuarto como accésit, que han desempeñado bien los papeles encomendados. El oro es para el otrora offsider Pablo Rivas, que cambia su marginal Concejalía de Coordinación Territorial y Atención al Ciudadano por la influyente de Innovación, Desarrollo Empresarial y Movilidad, un premio bien ganado por sus mordaces intervenciones y voladuras controladas de todas las enmiendas presentadas por los grupos municipales de la oposición en el pasado debate de los Presupuestos.

La plata es para la diplomada en magisterio y correcta Concejala de Educación y Juventud, Almudena Ruiz, que ve aumentada su cartera con Fomento del Empleo, gracias al rigor que imprime en la planificación educativa y los reconocimientos obtenidos por el Aula de Educación Ambiental. El bronce es para el Concejal de Deportes y Fiestas, Carlos Ulecia, que recordemos está en el gobierno porque Paloma Adrados renunció a su acta y que, gracias a su fervor, ve aumentada su Concejalía con la nueva y flamante área de Cascos Históricos (nunca he entendido esta definición del centro y estación de Pozuelo, porque para que sean históricos tiene que haber historia que contar y edificios longevos y dignos de ser admirados). El accésit que le acredita como cuarto premio es para el bien mandado Eduardo Oria, Concejal de Medio Ambiente, a quien la Alcaldesa le da entrada en la Junta de Gobierno Local, verdadero gobierno en la sombra que deja intrascendentes las decisiones del Pleno.

En cuanto a los castigos, la Alcaldesa los deposita con certero acierto sobre las cabezas de los concejales Sampedro y Calvo-Sotelo. Con esta remodelación queda demostrado lo poco que ha trabajado Gerardo Sampedro en el área de Movilidad y Transportes, dejándole sólo con Seguridad y enseñándole la puerta de salida a su prejubilación. Muchas plumas se dejó Sampedro en el caso McDonalds, que tan infaustos recuerdos le trae a la Alcaldesa. El otro damnificado es el antiguo Concejal de la rimbombante Concejalía de Participación Ciudadana, Empleo y Desarrollo Empresarial y Distrito II. Era demasiado para el bueno de Andrés Calvo-Sotelo, al que su jefa le concede un regalo envenenado como es la nueva y conflictiva Concejalía de Comercio, a la que deberá imprimir un sello de amabilidad y deseos de agradar a los sufridos comerciantes de nuestro municipio.

El resto de concejales aprueban para la siempre displicente Alcaldesa y con ello, ven con suma placidez su mantenimiento en el puesto. Es extraño que Paloma Tejero haya salido indemne de esta crisis después del bochorno provocado por el caso McDonalds y del contencioso administrativo que el Ayuntamiento tiene sobre la mesa pero, bien pensado, ella tiene poco que ver en el caso porque fue la propia Alcaldesa quien tomó las decisiones que provocaron movilizaciones de los vecinos, perjuicio a los promotores y renuncia de McDonalds, con aciagas consecuencias para el empleo que iba a crear el restaurante.

La regeneración política exige la responsabilidad de los líderes. Más allá de todo cambio de carteras, lo importante es que el gobierno municipal satisfaga las necesidades de los vecinos de Pozuelo, cumpliendo con el programa electoral con el que concurrieron a las elecciones y mediante un diálogo lo suficientemente flexible para hacer viables las propuestas que, siendo de otros grupos, mejoren la vida de los ciudadanos de nuestro municipio. Desde Ciudadanos estaremos vigilantes. Si la crisis de gobierno originada por la Alcaldesa cumple con este objetivo, habrá acertado en su ejercicio de equilibrismo político; en caso contrario, exigiremos a la señora Quislant que asuma toda la magnitud de sus decisiones y de las consecuencias de éstas.

 

Por Miguel Angel Berzal, Portavoz del Grupo Municipal Ciudadanos

 

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